Las empresas que forman parte del polo productivo de la maquinaria agrícola del sur de Santa Fe vendieron partes y piezas para máquinas de siembra directa a la Unión Europea y se encuentran adaptando un tipo de rastra de acuerdo a las necesidades del mercado de Nueva Zelanda. Los empresarios estiman que "este año las ventas al exterior tendrán un nuevo incremento".
Según indicaron, la firma Erca remitió piezas a la empresa española Maquinarias Agrícolas Solá para el armado de unas 25 sembradoras. Los contactos fueron realizados por Rogelio Magnoni, uno de sus titulares, en un viaje que realizó a España. Las perspectivas de la empresa de Armstrong son "multiplicar los envíos realizados".
"Firmamos un convenio para seguir haciendo entregas durante este año porque nuestra empresa resolvió incrementar las exportaciones. Además, hay conversaciones y trámites con otros potenciales clientes de piezas y partes en Italia y en España", explicó el directivo.
Se trata de la primera experiencia exportadora que concreta Erca en el mercado europeo. Antes había efectuado operaciones de venta de máquinas y equipos a países limítrofes, pero sin continuidad.
La transacción al exterior realizada por este establecimiento que posee unos 50 operarios no es la única. Talleres Crucianelli adaptó una sembradora para la cosecha de la remolacha azucarera en Chile y proyecta enviar otros equipos "debido a que existen posibilidades concretas de ventas para este año".
El contador Carlos Montero explicó que las primeras pruebas de la máquina tuvieron un resultado positivo. "La unidad se adaptó al terreno y está al mismo nivel que las importadas que ingresan al mercado chileno. Además se están haciendo pruebas para la cosecha de maíz", remarcó.
Crucianelli también está preparando equipos de rastra que serán enviados en las próximas semanas a Nueva Zelanda y trabaja en el desarrollo de un producto adaptado al mercado de ese país. Montero explicó que a principios de marzo se podrá remitir una máquina para la realizar ensayos sobre el terreno de aquel país.
Por su parte, las empresas que componen el consorcio de exportación Consur iniciaron contactos con posibles interesados en Bolivia, un mercado que se perdió en la época de la convertibilidad, pero existen posibilidades de recuperarlos. "Nuestros equipos nacionales tienen más prestigio que los brasileños", comentó Magnoni.
La fundación Cideter -formada por entidades gremiales de Las Parejas y Armstrong- inició un trabajo de asesoramiento para incrementar las ventas en el exterior. Durante el año pasado fomentaron una serie de charlas en el marco del programa de internacionalización de la Unión Industrial Argentina (UIA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En rigor, las fábricas de la región han incrementado notablemente las ventas en el mercado interno y comenzaron a observarse los primeros síntomas de reactivación, sin embargo las operaciones hacia otros países aún no son las esperadas en este escenario posdevaluación.
"Tuvimos años muy recesivos y ahora nos encontramos con una actividad plena. Los sembrados están en óptimas condiciones y la gente de campo está entusiasmada, aunque teme que el gobierno vuelva a cambiar las reglas de juego", explicó Magnoni.
Las empresas metalúrgicas de la región atravesaron dos años de profunda recesión y, tras una década de apertura de la economía, el sector corrió el serio peligro de no poder continuar. Algunos establecimientos llegaron a suspender a su personal y estuvieron al borde de cerrar definitivamente sus puertas.
Erca tiene más de 20 años de trayectoria y Crucianelli cumplió 42 años de historia. Ambas empresas han marcado rumbo en lo referente a la fabricación de implementos agrícolas.
El presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola, Jorge Médica, opinó que si bien existe una reactivación la recuperación aún no alcanzó los niveles de actividad de los años 1997 y 1998, lo que impide hablar por el momento de un boom en el rubro.
Fuente: Diario La Capital