Un grupo de mujeres elaboran collares y pulseras de forma natural. La asociación presentó la artesanía a Exporta, que es el ente de gobierno encargado de promover las exportaciones nacionales y le dieron el aval para ser incluído en los beneficios del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (CAFTA, por sus siglas en inglés).
Un puñado de semillas de pacún, conacaste, ojo de venado o pito, pueden ser indiferentes para muchos, pero al caer en manos de un grupo de mujeres de San Francisco Menéndez, en Ahuachapán, se vuelven collares, pulseras, aretes o camándulas.
Con habilidad perforan agujeros, combinan semillas, introducen hilo, echan nudos y tienen listo un producto, que la Asociación de Mujeres Emprendedoras El Porvenir, vende en el mercado nacional y pretenden entrar con éxito en el mercado estadounidense.
La materia prima es natural, barata y accesible. Las semillas de ojos de cangrejo, bandera española, chilipuca, palmeras, entre otras variedades, están en los linderos, jardines o en los terrenos planos y húmedos del cantón El Zapote, cercano a la costa de Garita Palmera.
La mano de obra son 16 mujeres amas de casa, capacitadas con el apoyo de la organización estadounidense Cuerpos de Paz y encaminadas en un proyecto ecológico que promete ser más lucrativo en el tiempo.
“Participamos en ferias, donde nos invitan ahí vamos. El producto tiene aceptación, más que todo en los extranjeros”, expresó Guadalupe del Carmen Silva, presidenta de la Asociación.
Algunos miembros de la organización Cuerpos de Paz, llevan a vender el producto a Estados Unidos y allá tiene mucha aceptación, según Silva.
La asociación presentó la artesanía a Exporta, que es el ente de gobierno encargado de promover las exportaciones nacionales y le dieron el aval para ser incluído en los beneficios del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (CAFTA, por sus siglas en inglés). La condición es que tengan personería jurídica y precisamente en eso están trabajando, dijo Silva.
Empezar a exportar
“Esperamos pronto tener el acta de Constitución”, afirmó. Con ello podrían incluso asociarse a instancias como la Cámara de Comercio, para ganar nuevos mercados.
Eso plantea nuevos retos. Adquirir tecnologías, aumentar la materia prima, sumar mano de obra, innovar con diseños. Algunos pasos se están dando. La asociación ahora dispone de un vivero donde se cultivan plantas, que a futuro darán semillas aptas para convertirse en artesanías “made in El Salvador”. En la elaboración de las artesanías, no usan ningún tipo de colorante.
La asociación, no solo piensa en quedarse con semillas, sino en el futuro incluir artesanía de madera, coco o con productos marinos, como la caparazón de las conchas.
En el proyecto cuentan con el apoyo de Anna Gaffney Gross, quien es miembro de voluntarios de Cuerpos de Paz, que ahora labora en la comunidad. “Estamos trabajando en mejorar el producto y hacer diseños nuevos”, dijo Gross, quien además de apoyar el proyecto de semillas, trabaja en educación ambiental y enseña inglés.
Entre sus planes está involucrar a más gente al proyecto, porque, al exportar a Estados Unidos, necesitarán grandes cantidades de producto.
Por ello, han creado un vivero. Cada una de las mujeres, se lleva las plantas a casa, para cuidarlas, para tener asegurada la futura materia prima. Roberto Flores. El Mundo
Deja un comentario
Disculpa, debes iniciar sesión para escribir un comentario.