Además del plástico, el hierro es otro de los materiales que, aun extraído de la basura, produce ganancias a muchas personas.
La empresa Brassur es una de las que se dedica a hacer del hierro un producto rentable.
“Nosotros acopiamos material en todo el país. Luego lo limpiamos, clasificamos, prensamos y exportamos”, explica Jorge Palau, director general de la firma.Desde latas de arvejas hasta carrocerías de vehículos llegan hasta la planta a través de acopiadores, que a su vez recogen los materiales de otros tantos proveedores.
Gigantescas máquinas se encargan de triturar el hierro y compactarlo en bloques, con lo que se facilita el acomodamiento en camiones y contenedores, en los que se van a otros países.
El principal mercado de chatarra es Brasil, adonde va el 50 por ciento del hierro. Le siguen Argentina y Uruguay. En tanto que China, India, Vietnam y Tailandia son otros eventuales mercados.
Los precios del metal se cotizan según la Bolsa de Valores de Londres, comenta Palau.
Solo este año, la exportación de metales (chatarra) superó los 18 millones de dólares. “Calculamos que unos 10 millones a 12 millones de guaraníes por mes va a manos de la gente que junta”, destaca el empresario.
Fuente de ingresos
El acopio de hierro destinado a la exportación da trabajo a un mínimo de 10.000 personas. Solo en la empresa Brassur se trabaja con 500 proveedores, quienes a su vez operan con 20 a 50 acopiadores cada uno. Además, en la planta recicladora trabajan 50 personas.
“Son miles de personas las que están involucradas y mantienen a su familia con esto. Toda esa gente estaba sin trabajo y, si no estuviera haciendo esto no tendrían cómo sobrevivir”, afirmó Palau.
Se estima que solo en el Vertedero Cateura ingresan 1.200 toneladas de basura por día, de las cuales solo un 30% puede ser reutilizable, según la Municipalidad de Asunción.
“Acá no la podemos aprovechar”
En opinión de Jorge Palau, director de Brassur, no tienen fundamento las protestas de los metalúrgicos que se refieren a la venta de chatarra al exterior.
“Acá no hay una industria que pueda aprovecharla, que tenga capacidad para procesarla. Entonces sí o sí se tiene que exportar, porque no hay otra alternativa. Peor es que se quede acá, enterrada en Cateura o tirada en los baldíos, como estuvo siempre”, dijo.
En cuanto a los metales no ferrosos, que son el aluminio y el cobre principalmente, señaló que localmente tampoco hay consumo. “Acá algunos funden para hacer algunas piezas, pero no pasa de 20 mil kilos por mes. Nosotros exportamos más de 3 mil toneladas”.
Palau explicó, no obstante, que su empresa tiene un acuerdo con el Ministerio de Industria, mediante el cual este les otorga permiso cada vez que se va a exportar alguno de estos metales no ferrosos. “Y al industrial que llame a solicitar un kilo de bronce o aluminio para hacer algún trabajo, le vendemos, pero es una cantidad ínfima. O sea que nadie puede decir que no puede hacer un trabajo porque le falta material”, afirmó. Ultima Hora
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