Pioneros: El Salvador se convierte en el primer socio regional con libre comercio con los Estados Unidos.
El tratado de libre comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta, por sus siglas en inglés), inició entre la nación norteamericana y El Salvador, primer país en cumplir con las exigencias de los estadounidenses para aplicar el esquema de apertura comercial.Desde ayer, el 89% de los productos agrícolas y el 99.7% de los productos industriales de El Salvador ingresarán libres de arancel a Estados Unidos. Las exportaciones de El Salvador a ese país durante el año pasado, totalizaron $1,741 millones, mientras que el número de empresas que exportan a dicho mercado pasaron de 372 en el año 2003, a 393 en el año 2005.
En el otro extremo, el 53% de los productos agrícolas y el 77.9% de los productos industriales de Estados Unidos ingresarán sin pago de aranceles a El Salvador.
Algunos de los productos más representativos son el trigo, la harina de soya, el algodón, el diésel y la gasolina, los aceites y grasas lubricantes, computadoras portátiles, hilados de algodón y de poliéster, entre otros.
El arranque
“Yo no me complico con temas ideológicos sobre el TLC para mí, este tratado significa oportunidades de trabajo”, dijo el presidente Antonio Saca, ayer, en el acto oficial de arranque del Cafta.
La proclamación general de ministros, presidente y vicepresidenta era una sola: “saber aprovechar las oportunidades que vendrán”. No se admitía idea contraria a esto. El embajador de Estados Unidos en El Salvador, Douglas Barklay, lo dejó claro al afirmar que los beneficios del acuerdo serán para todos.
“Encontraremos productos más baratos y los empresarios tendrán acceso a nuevos insumos”, dijo.
Saca, por su parte, no negó que el tratado se hubiera gestado y discutido a partir de esos intereses empresariales. Pero, recalcó que la ganancia en generación de empleos devendrá en beneficios para la población entera.
Crecimiento económico
El gobierno prevé que el crecimiento económico del país durante este año podría ser de un 4%, dependiendo de la inversión que el Cafta atraiga.
“Podemos convertir el TLC en una herramienta para combatir la pobreza”, comentó la ministra de Economía, Yolanda de Gavidia, quien afirma que aprovechar el tratado no solo implica atraer inversiones y generar ventas en el extranjero, sino que hay que entrar en una dinámica de innovación constante.
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